Turismo termal en Galicia
Uno de los mayores placeres del mundo es una estancia en un buen Balneario , hotel con spa o spa urbano. Todo el mundo debería alguna vez visitar un balneario o establecimiento termal para hacerse un tratamiento estético, de salud o simplemente relajarse y dejar atrás el estres y agobio de la vida rutinaria.
El termalismo constituye en la actualidad una de las actividades más solicitadas como alternativa al estrés de la vida urbana, y Galicia es un destino perfecto. Ligado tradicionalmente a prácticas mineromedicinales, ha adquirido una nueva dimensión en la sociedad moderna de hoy, muy ligada al ocio y al cuidado del cuerpo. Balnearios, talasos y hoteles con spa, te abren hoy sus puertas con las más modernas instalaciones y los tratamientos más innovadores para proporcionarte durante unos días esos cuidados que tanto necesitas.
Galicia te cuida
Galicia te cuida
A Galicia la tradición termal le viene de lejos. Ya las tropas romanas durante sus viajes por tierras gallegas, buscaban en sus manantiales el descanso reconfortante que necesitaban. En su entorno, construían villas y campamentos que aún hoy se conservan como vestigios de una larga historia. Aguas curativas y sagradas en torno a las que se entrelazaron rituales sagrados y profanos que alimentaron leyendas arraigadas en lo más profundo de la memoria. Hoy el termalismo te ofrece, de la mano de la actividad turística, la posibilidad de combinar las terapias curativas más tradicionales con las más innovadoras, ligadas también a la belleza y al bienestar del cuerpo. Hoy el termalismo sale del recinto termal para hacernos disfrutar de una rica oferta de actividades culturales, deportivas, gastronómicas y de ocio que reconfortan el cuerpo y el espíritu.
Galicia, destino termal
Al igual que en otros lugares, el siglo XIX abrió sus puertas a la época dorada del termalismo. Los balnearios gallegos se convirtieron en grandes centros sociales que congregaban a la flor y nata de la sociedad. Tras la Guerra Civil, los balnearios como destino vacacional comenzaron a sustituirse progresivamente por la costa con la llegada de la moda del “Sol y Playa”. Sufrieron entonces un retroceso en su esplendor y el sector entró en una especie de letargo que, salvo contadas excepciones, perduraría casi hasta los albores del siglo XXI.
Hoy Galicia, con más de 30 balnearios repartidos por toda su geografía, presenta una de las ofertas más amplias y variadas de toda España. Dentro de la propia Comunidad Autónoma, la provincia con mayor concentración de villas termales es Ourense. Aquí, puedes disfrutar no sólo de sus balnearios, sino también de multitud de sugerencias termales repartidas en los márgenes de sus cursos fluviales; espacios frondosos y tranquilos, que en los albores de la primavera suponen un buen reclamo para paseantes, que bien solos o acompañados, se reúnen para tomar sus primeros baños calientes en las piscinas naturales.
Al igual que en otros lugares, el siglo XIX abrió sus puertas a la época dorada del termalismo. Los balnearios gallegos se convirtieron en grandes centros sociales que congregaban a la flor y nata de la sociedad. Tras la Guerra Civil, los balnearios como destino vacacional comenzaron a sustituirse progresivamente por la costa con la llegada de la moda del “Sol y Playa”. Sufrieron entonces un retroceso en su esplendor y el sector entró en una especie de letargo que, salvo contadas excepciones, perduraría casi hasta los albores del siglo XXI.
Hoy Galicia, con más de 30 balnearios repartidos por toda su geografía, presenta una de las ofertas más amplias y variadas de toda España. Dentro de la propia Comunidad Autónoma, la provincia con mayor concentración de villas termales es Ourense. Aquí, puedes disfrutar no sólo de sus balnearios, sino también de multitud de sugerencias termales repartidas en los márgenes de sus cursos fluviales; espacios frondosos y tranquilos, que en los albores de la primavera suponen un buen reclamo para paseantes, que bien solos o acompañados, se reúnen para tomar sus primeros baños calientes en las piscinas naturales.
Fonte de pesquisa: Mariza Ortiz Carvalho
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